Tuesday, October 05, 2010

México vs Brasil

Como me asquea el balompié en general (salvo algunos partidos del Mundial y de las ligas ebriopeas) y odio el fucho mexicano en general, pero también me desagrada ladrar sin proponer (aunque a veces sólo ladre y ya), propongo un verdadero encuentro de habilidades entre Brasil y México, sólo que en el terreno político, a ver quién gana.

Lo que sigue me fue enviado por correo electrónico, es decir, es plagio (yo nomás le di corrección de estilo y ortografía):

"Lula da Silva tomó posesión el primero de enero de 2003 para desempeñar lo que sería su primer periodo presidencial de cuatro años. En ese entonces, Vicente Fox ya tenía dos años en Los Pinos. Ambos habían prometido un cambio: tanto Brasil como México lo necesitaban con urgencia. Uno curaba las heridas que le dejó la dictadura militar; el otro salía de 70 años de autoritarismo priísta.

"En octubre de 2006, Lula fue reelecto para otro periodo de cuatro años. Felipe Calderón asumió la presidencia [de México] unos días después, el primero de diciembre de 2006. Coinciden, pues, los ocho años del presidente brasileño con cuatro de Fox y cuatro de Calderón, pero los resultados son distintos.

"Al comenzar su gobierno, Lula sorprendió con la formación de un equipo plural. Nombró a un personaje de la derecha, el presidente del BankBoston USA, Henrique Meirelles, para la dirección del Banco Central do Brasil, pero también designó a su amigo, el ex troskista Antonio Palocci, hombre de su confianza, como ministro de Hacienda. Con ese movimiento Lula marcó lo que sería una de las claves de su éxito: equilibrar las fuerzas para sacar adelante a Brasil.

"En contraste, Vicente Fox formó lo que llamó
«los gabinetes de orden y respeto, crecimiento con calidad y desarrollo humano». En el primero incorporó a Santiago Creel y a la señora Marta [Sahagún], entre otros. Pronto se vió que lo del orden y respeto era un eufemismo. En el primer mes del sexenio escapó de la prisión «de alta seguridad» Puente Grande un narcotraficante, «El Chapo» Guzmán, quien en los años del panismo jugaría un papel central y ascendería a la lista de los hombres más ricos del mundo editada por la revista Forbes. El suceso ha tenido hondo significado. El dato que caracteriza y por el cual serán recordados los gobiernos de Fox y Calderón no tiene que ver con la economía, la educación, el empleo, la salud o las relaciones internacionales, sino con el derramamiento de sangre: en el foxismo se registraron entre 9 mil y 13 mil ejecuciones [del narcotráfico]. En el calderonismo la cifra oscila alrededor de 30 mil.

"La inevitable comparación entre ocho años del PT de Lula y el PAN de Fox y Calderón arroja resultados muy diferentes:

  1. Brasil es hoy la octava economía mundial, acaba de colocarse encima de España, mientras la de México ha caído a la posición número 15 (Fox alardeaba de que ocupaba la novena -«la novena de Fox»).
  2. La economía brasileña crece a un ritmo de 7.4% anual, la de México está en números negativos.
  3. La moneda de Lula, el real, ganó 105% de valor frente al dólar; el peso se ha devaluado 37%.
  4. Allá salieron de la pobreza 36 millones de personas, aquí hay 20 millones más.
  5. Brasil se ha ido desenganchando del tren de la economía estadunidense, abriéndose al comercio con China, Rusia e India, México sigue en el cabús.
  6. Fox y la señora Marta viajan por Europa con lujo y dispendio, siguen pasando la charola para promover la democracia y nunca dan cuentas. Lula dice que cuando deje el gobierno quiere llevar la vida de un ciudadano común: “Tomar una cerveza en un bar sin que nadie se fije si el presidente toma o no… Ir a la cancha a ver al Corinthians en la tribuna y mezclarme con la hinchada”. Calderón quizá no volverá a salir a la calle en México si no va protegido por todo un aparato de seguridad.
  7. A los ojos del mundo Lula entrega una nación con prestigio, ofrece seguridad a los inversionistas, se encuentra en plena expansión. Para vergüenza nuestra, Fox y Calderón han convertido a México en un lugar que los gobiernos de Europa y Estados Unidos aconsejan a sus ciudadanos no visitar porque pueden resultar robados, secuestrados o asesinados."
Así las cosas, creo que el marcador está muy claro y sólo agrgaría una cosa más: no fue sólo culpa de Ox y de FeCal, pues ellos sólo fueron el brazo ejecutor de lo que ya se venía cocinando desde los inicios del neoliberalismo en México, pero los más grandes culpables somos nosotros, los pendejos ciudadanos capaces de gritarle a un mesero porque nos trae tibio el café, pero agachamos la cabeza ante el gobierno. Nosotros, los pendejos ciudadanos que gruñimos por las imposiciones gubernamentales, pero ponemos nuestra pinche banderita en septiembre y vamos a gritar como imbéciles al Zócalo como quien profiere "¡Más, más! ¡Viólame más!" Nosotros, los pendejos ciudadanos patrioteros que "amamos a nuestro país y nuestra independecia", pero pagamos a la Madre Patria, España, el viaducto elevado Bicentenario. Nosotros, los pendejos ciudadanos que nos encabronamos cuando hay una manifestación en las calles y odiamos a los manifestantes sin conocer, siquiera, su causa, sin ver que deberíamos odiar al gobierno. Nosotros, los pendejos ciudadanos que vemos "el lado Coca Cola de la vida". Nosotros, los pendejos ciudadanos que "este mundial, hicimos sandwich." Nosotros, los pendejos ciudadanos que, como dijo Gandhi, nos ponemos "la capa de la no-violencia" para disfrazar nuestra impotencia y nuestra apatía. Nosotros, los pendejos ciudadanos, pensando que importa sólo quién tiene el palo más grande y dejamos completamente del lado el hecho de que también importa infernalmente quién lo mueve. Nosotros, los pendejos ciudadanos que desquitamos nuestras frustraciones sobre un abstracto (los gringos, los judíos, los argentinos, etc.) sin ser capaces siquiera de decirle "no" a nuestra pareja, a nuestros padres, a nuestros hijos. Nosotros, los pendejos ciudadanos que nos ofendemos cuando, al hablar, no se incluye a masculinos y femeninos y buscamos incansablemente la hipocresía de la corrección política. Nosotros, los pendejos ciudadanos que caemos en el juego enfermo del Poder y dejamos de educarnos (la mejor herramienta para la prevención del delito) porque, cuando regresamos a casa, "no queremos saber más de nada; a ver tele en calzones mientras chupamos y comemos hasta caer dormidos".

Y así hasta el infinito.

Como México no hay dos (¡no hay tos!).

Esto es el Bicentenario.



Aliquandō rideō, iocor, ludō; home sum...

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