Friday, January 20, 2012

¿Propiedad intelectual de quién?

Respecto a la censura en Internet, fuera del debate sobre las corporaciones (editoriales, disqueras, etc.) que se apropian tanto de los creadores como de sus creaciones y les pagan sólo un porcentaje mínimo por ellas, hay aristas del problema que son mucho más profundas y siniestras. A continuación me propongo diseccionar una en específico para dar un argumento más a por qué leyes como la SOPA, la PIPA o la Döring (http://goo.gl/NJNGV), que criminalizan el intercambio de información sin lucro (directo, como veremos más abajo), son una mirada errónea al problema del plagio y del lucro con propiedades intelectuales ajenas.

En primer lugar, es necesario aclarar un punto (que además nos dará tela para la discusión central): NUNCA, BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA, ES DELITO INTERCAMBIAR INFORMACIÓN, POR MUY PROPIEDAD AJENA QUE SEA, MIENTRAS NO HAYA ÁNIMO DE LUCRO.

Pensar lo contrario es estar en contra del libre tráfico de información (de todo tipo: académica, artística, política, etc.) equivale a decir que los académicos tendríamos que pagar derechos por hacer referencias (citas directas o menciones, da igual) a otros trabajos académicos publicados en un trabajo de investigación. Es decir, sería ilegal escribir, en un trabajo de crítica literaria, "La expresión «Serious miscarriage my hat!» (Rowling, 2003:X) es un ejemplo de la incursión semiosférica..." sin pagarle a J. K. Rowling regalías por usar su texto como ejemplo. Es decir, el ejemplo anterior sería un delito comparable, mínimo, a un homicidio involuntario.

Otro ejemplo de lo mismo sería, partiendo de lo que dice Anonymous en su explicación sobre la ley SOPA (http://goo.gl/exg5w), pagar un curso de chino en algún centro de idioma, tomarlo y después, con los mismos materiales, dárselo de gorra a nuestra pareja, amigos o algún familiar. Lo anterior constituiría un crimen si no se paga al centro de idiomas el derecho a compartir el conocimiento, el método y el material. Vamos, sería un delito pasarle a nuestros hermanos menores el libro de texto para la escuela que ya no necesitamos, pero ellos sí.

El problema vendría si alguien, habiendo pagado cualquier tipo de propiedad intelectual, la revende sin pagar regalías al autor original. Los ejemplos más conspicuos son la piratería o lo que hace Disney: tomar literatura seria (propiedad intelectual de alguien), hacerle un par de cambios y pasarlo como obra propia.

En esencia, sólo se incurre en plagio cuando no damos crédito a quien dijo algo (una simple nota en un texto, una marca de agua en una imagen, etc., que haga referencia a quien la produjo), en robo de propiedad intelectual cuando, con ánimo de lucro, obtenemos beneficio monetario de una obra que no es nuestra; y en piratería cuando se hace una copia ilegal (sin haber pagado derechos de autor) de una propiedad intelectual para su venta (es decir, para obtener beneficio monetario). Quemarle a nuestro padre un disco nuestro que le gustó mucho y regalárselo no es piratería porque no estamos lucrando con él. Tampoco es delito subir el disco en formato digital a una página de acceso gratuito para que lo baje quien quiera, pues equivale a habérselo quemado a cada persona que lo descargue (siempre gratis; ojo, esto será la clave azul del argumento central).

¿Vamos bien hasta ahora? Entonces podemos ver el eje central de lo que sería un delito: lucrar con lo que no es nuestro. De lo contrario, es decir, si el ánimo de lucro no es la característica esencial del delito en cuestión, las bibliotecas públicas deberían ser ilegales, así como copiar (a mano) prociones de los libros de la biblioteca.

Sin embargo, y para empezar ya con lo mero bueno de este comentario, Matthew Inman, el Oatmeal, señala un problema que puede ser argumentado contra todo lo que estoy diciendo aquí (http://goo.gl/4XrWk): la publicidad en sitios gratuitos. No obstante, según veremos, este problema no tiene su origen directo en la propiedad intelectual.

Así pues, ¿qué pasa cuando un sitio (como Funny Junk en el caso específico del Oatmeal) hace dinero de publicidad en su sitio gratuito? Para quien tuvo pereza de checar la liga anterior, le resumo el asunto: ¿Qué pasa si en mi sitio gratuito pongo contenido que es propiedad intelectual de alguien más (sin darle crédito) y ese conteido atrae usuarios a mi sitio y eso provoca que empresas me paquen por poner anuncios de su producto en mi sitio? En resumidas cuentas, si el contenido plagiado provoca un alto tráfico en mi sitio y esto me genera dinero de publicidad, pero mi sitio fue contruido con contenido plagiado y no le doy reconocimiento ni regalías al creador original del contenido, ¿qué pasa?

Pasar, pasan muchas cosas, sin embargo, lo que me interesa señalar en este caso son un par de cuestiones.

  • El problema base es uno de ética profesional. Tanto el que pone contenido plagiado en la red y recibe dinero por publicidad como quien le da dinero por poner su publicidad en el sitio con contenido plagiado están actuando de manera no ética e, incluso, criminal.
Esto en específico es algo de lo que se debe regular. El problema de las leyes tipo SOPA, PIPA, Döring, es que agarran parejo y criminalizan todo intercambio de información ya sea con o sin ánimo de lucro. Lo chistoso (por decir algo) aquí es que se lincha al administrador del sitio por el contenido plagiado (que sí está mal), pero no a la empresa que le paga por poner su publicidad en un auditorio que jala gente con contenido plagiado. Y no vale el "Yo no sabía que su contenido era plagiado", porque la ética profesional también dicta que uno debe saber con quién anda haciendo negocio.

  • Las leyes de "protección de propiedad intelectual" en la red deben referirse a estas instancias tramposas, en vez de bloquear sitios.
Además, el castigo es desproporcionado, pues el plagio, la piratería y demás, deberían castigarse con el cierre del negocio y fuertes multas, no con cárcel y cuestiones penales, pues se equipara el plagio y la piratería con un delito grave (como el homicidio, las lesiones en riña, etc.). Esto equipara socialmente el tránsito de información a una conducta monstruosa, lo cual revela un discurso siniestro y confirma que quien en realidad está detrás de la ley no es un gobierno, sino el corporativismo.

Muchos generadores de contenido (artistas, comediantes, pensadores) están en contra de este tipo de leyes y rara vez se ponen histéricos con la piratería. El Oatmeal, por ejemplo, sólo pedía el crédito por su trabajo o que se quitara el contenido sin crédito. De igual guisa actuó Christofer Johnsson, cuando una banda de hip-hop utilizó "Draconian trilogy I. The opening" como intro de una canción: sólo pedía el reconocimiento de que esa parte de la canción era de Therion. Los únicos que se ponen como "disgraced televangelists" (para citar al personaje Amy Farrah Fowler de The big bang theory) son las disqueras, las editoriales, los conglomerados de entretenimiento audiovisual y uno que otro autor despistado. De nuevo, el celo, el fanatismo y la desproporcionada fuerza que se ha imprimido a este tipo de leyes más bien son un idicador de quién está detras de ellas realmente. Porque los corporativistas pueden decir: "Aunque no revendas el contenido, le estás quitando ganancias al regalar la obra", pero se les olvida que ésta también es una "ley natural" del mercado. Porque cuando no les afecta a los corporativismos (i.e., el alza obscena de precios) es "ley natural de la economía" [sic], pero cuando sí les afecta, es un delito.

En este sentido, los ascos de alguien como Nenallica (Metallica, para quienes no son muy entendidos en spoonerismo) por Napster (hace ya un rato) no se justifican, pues en el programilla ese se intercambiaba contenido sin ánimo de lucro. Que ya algún abusivo sin ética haya aprovechado para hacer su microempresa con contenido plagiado es muy otra cuestión y eso sí debe regularse, pero no se hace censurando la red. Esto sólo saca a la superficie la razón que tienen los robiernos para pasar leyes como éstas (las del corporativismo son sólo de índole monetaria): controlar el tráfico de información y evitar que la Internet se convierta en el antipoder que los medios masivos de difusión nunca quisieron llegar a ser.

¿Alguien recuerda Metal Gear solid 2: sons of liberty? Arsenal Gear pretendía ser un instrumento de los Patriots para filtrar contenido virtual en la red y evitar el libre pensamiento, la libre expresión y la libre comunicación. Namás que, igual que Raiden y Snake, falta que nos dejemos.

Yo, por lo pronto, tengo listo mi Tor y mi LOIC por si a alguien se le ocurre coartar mi derecho a decir las sandeces que me vengan en gana o acceder al contenido que me venga en gana mientras no haga negocio con él. Si lo regalo, le prendo fuego, lo tiro, lo destruyo o lo congelo, mientras no haga negocio con él, es muy mi gusto.

Lo demás: que la piratería es un efecto lógico de las necesidades creadas por los corporativismos, que la solución real es bajar los precios de los productos, etc., son harinas de costales distintos y muy conocidos.

Ἐς κόρακας.