Los puntos suspensivos no significan nada en este momento, pero estoy medio fastidiado de usar las frases hechas de siempre para emplear la función fática. Tampoco estoy pensando muy bien en este momento y no se me ocurrió nada mejor que "y bueno..." o cosas por el estilo.
Así pues, va un post nuevecito.
Resulta que ayer hubo una firma de autógrafos en Tepisur (allá, sobre Perriférico, por Six Flags). En realidad hubo dos firmas el mismo día y en el mismo lugar: una de Harry Potter (¡puaj!) y otra de Kojima Hideo (foto; bajada de Wikipedia, pero tomada por Nic Fillingham), creador de obras videojugables como Metal Gear Solid (no es el creador original de la franquicia, pero sí el creador de la misma en su forma actual), Snatchers y Policenauts. Este personaje es un tanto importante en mi vida, pues hizo mi videojuego favorito de toda la vida: Metal Gear Solid para Play Station, allá en 1998. Además, en su honor, bauticé como "Patriots" a los poderes invisibles que nos dominan en la actualidad (es decir, ante quienes responden los líderes mundiales). Mi teoría de los Patriots es más intrincada y no viene al caso, pero baste saber que a Kojima-sama le debo un juegazo y un cacho de mi visión del mundo.
Lo anterior explica (pero no disculpa) mi participación en un evento idolátrico como una firma de autógrafos. En realidad, como experiencia, no tuvo nada nuevo: fue como estar formado para entrar a un concierto en el Circo Volador, sólo que, en lugar de platicar sobre música con los compañeros de cola, platicamos de cosas geeks.
De cualquier manera, lo que nos importa en este momento es cómo un evento, en apariencia tan simple, puede servir para demostrar la profundidad de la estupidez, la indolencia y el contrarrepublicanismo que tienen a esta maquiladora disfrazada de país.
Pues es increíble cómo las cosas pueden estar tan mal a tantos niveles. Aunque quiero aclarar que esta denuncia no es por haberme quedado sin autógrafo, sino por la insensibilidad de los organizadores y la irreflexibilidad de los fans. No sufro por haberme quedado sin la firma de Kojima-sama, pues desde el principio tenía la idea de que era probable quedarme fuera de la jugada por la hora en que podía llegar al lugar del evento. Como trabajo por la mañana, me era imposible de todo punto llegar antes de las 15.30 a Tepisur (Perisur, para los no habituados al spoonerismo), donde se llevaría a cabo la firma. Así pues, sólo fui a intentarlo y reitero que mi queja no es un berrinche de ardido. Entiendo las reglas del juego y sabía a qué me atenía. Peeeeero el problema viene con la bola de culeros que se salen de las reglas, del civismo y del más mínimo sentido de humanidad.
Si nos vamos por orden cronológico, podemos empezar con el fraude del horario. En páginas de Internet, carteles y demás promocionales se decía que la firma de autógrafos sería desde las 17.00 a las 20.00 hrs. Finalmente, a las 19.00 hrs. Kojima ya se había retirado del lugar, lo cual implica un montonal de fans que se quedaron con las ganas de recibir su firma. Esto tiene consecuencias bastante grandes, las cuales abordaremos más abajo.
La segunda cosa es la excecrable práctica del "V.I.P." (es decir, very idiotic people). Hasta donde sé y me pude enterar a partir del fraude de Therion traído por Ekosys (alias Fuckosys) en octubre del año pasado, no es precisamente legal ofrecer "pases V.I.P." en eventos. A menos que el artista, gurú, ídolo de las multitudes, etc., así lo haya permitido o expresado con todas sus letras. Ignoro si Kojima-sama sabía sobre los pases V.I.P. que se ofrecieron para su aparición pública. El caso es que para ganarse este tipo de privilegios, uno suele contestar trivias contra reloj o cosas por el estilo. Pues en este caso, una de las formas "oficiales" (había otra más decente que implicaba fotos y cosplay) para obtener uno de estos mentados pases era llegar al lugar A LAS 08.00 hrs. Imagino que los primeros recibieron su pase y después sólo fue cosa de regresar minutos antes de la hora para pasar primero. El problema es que, por los purititos güevos de alguien, obligaron a algunos a trasladarse desde quién sabe dónde hasta Tepisur (la ubicación tampoco era muy halagüeña) para llegar a una hora en la que la plaza ni siquiera está funcionando realmente. El movimiento en el mall comienza a las 11.00 hrs. Tan temprano lo único que hay abierto son algunos bancos y un par de restaurantes (y creo que ni eso, lo más temprano que he pasado por ahí han sido las 09.00 hrs.).
Así las cosas, supongo que para entretenimiento de un par de enanos emocionales, el reto era estar a las tantas de la mañana en el lugar. Imagínense a qué hora habrá llegado la gente que, para las 08.00 hrs., según testimonios, ya había ochenta y tantas personas. Sepuestamente, si llegabas temprano, aunque no ganaras V.I.P., te daban un numerito para formarte y supongo que con eso ya te podías ir a hacer tarugo por ahí hasta la hora del evento (17.00), semejante a lo que se hace ahora en el Circo Volador, donde llegas con tu boleto el día del concierto, te dan un número y una pulsera y puedes disponer de tu mañana cómodamente hasta una hora antes de la entrada, momento en el cual debes irte a formar según el dígito correspondiente. Quiero pensar que en esta ocasión funcionó igual la mecánica, pero no he tenido confirmación y todavía resta una duda de si tuvieron gente formada durante más de nueve horas.
A continuación, venía la cuestión de la fila. Como se trata de una placita para gente de varo (es decir, hipsters, magnates, ugaldes, milfs y yuppies en su mayoría) y, además de la cosa gamer había también un evento de Harry Potter (como dijo Molotov: "mejor ya no digo / me muero del asco"), la fila frente a la tarima donde iba a estar Kojima-sama sólo albergaba a unas noventa personas más o menos (cuando llegué, escuché que, a uno de los últimos le preguntaban su número y respondía "noventa y tres") y se cortaba: el resto de la fila salía completamente del complejo comercial para acomodarse sobre la banqueta, en Perriférico. Sin embargo, las informaciones del personal de seguridad del lugar no sólo eran inciertas, sino dadas de manera muy desagradable: un débil mental de traje, con chicharito en la oreja, mirándote con condescendencia y hasta diversión por tus esfuerzos por estar con la élite. Mejor un poli del estacionamiento nos supo decir dónde estaba la fila que el esclavo de traje que nomás sabía decir "en el puente rojo", ignorante de que "en" sognifica "sobre" o "dentro", no "debajo", "cerquita" o "por ahí".
Evidentemente, la línea daba la vuelta y llegaba a la parte posterior de Tepisur. Con esto de Aileen, las condiciones de permanencia son obvias: lluvia y frío moderado la mayoría del tiempo, lo cual parece ser una bagatela comparada a los locatarios de la plaza quejándose con el dueño de Tepisur porque la interminable fila de nerds, geeks (yo incluído), dorks, cosplayers, friquis, poseurs y demás fauna, obstruían el acceso a sus tienduchas caras. "El cliente siempre tiene la razón". Pero sólo si tiene varo. Si se trata de un pobretón que busca solamente la firma de alguien que considera importante, entonces está bien dejarlo en la calle bajo la lluvia.
Pero bueno, como sea, ¿no? Todo sea por obtener la firma de Kojima-sama. Ajá... A eso de las 18.00 hrs. todavía no avanzábamos la gran cosa y a eso de las 19.00 la fila comenzó a moverse más fluidamente (estamos hablando de más de 1,500 personas, fácil). A las 19.40 la fila se movió con velocidad esperanzante y, como se había advertido que sólo se permitiría firmar un artículo por cráneo, pues todos dijimos "En 20 minutos sí llegamos." En efecto, a eso de las 19.50 ya estábamos dentro de la plaza a tiro de lanza de la tarima.
Y entonces sucedió.
Un compañero de fila se adelantó para juntar información y, ¡AH, QUÉ LA MIERDA!, ya no había nada... DESDE LAS 19.00 HRS. La fila todavía estaba ordenadamente formada, muchos todavía temblorosos por lo inminente del encuentro con Kojima, pero ya no había nadie en la tarima. ¿A quién le avisaron que mejor se fuera a su casa? Al pobre diablo que estaba formado después del último privilegiado que pudo pasar a que le firmaran su memorabilia. Imagínense la decepción, el coraje, la tristeza de este proverbial amigo; la neta no se lo deseo a nadie. Como es de esperarse, nadie se enteró de que el evento había terminado 70 minutos antes y todos seguíamos muy monos, formaditos con la idea de llegar muy pronto.
La siguiente mamada era preguntarle a los esclavos de traje si era un receso o algo para que, con su puta mueca burlona y arrogante, dijeran que no, que se había terminado desde hacía rato. Sólo quedaban en la tarima los edecanes de Konami, un sexteto de "niños bonitos" todos vestidos de blanco y con el logo de Konami en sus playeras. Estos pendejos, cuando les preguntabas qué estaba pasando, sin quitar la mirada de lo que estaban haciendo (abrir una botella de agua o un refresco de lata), te contestaban con desgano, valiéndoles reverenda verga y bromeando entre ellos, sin prestar un mínimo de respeto a quien les preguntaba, con toda la cordialidad, cómo estaba la movida.
Así, todo podría parecer una pifia por cosas de las autoridades, sin mebargo, no fue sólo así. También los fans, la gente que asistió al asunto, también hicieron despliegue de la locura, marca de estos tiempos, causa de que las cosas vayan como van.
Primero, al parecer, hay una competencia de vanidades entre las llamadas subculturas. Todo evento público se vuelve una manera de presumir que algún bípedo es el más grande fan de algo. Esto ya da de qué hablar, pues la idolización por sí sola habla de una falta de independencia intelectual de por sí. Si le sumamos la vanidad, tenemos como resultado una bola de impertinentes con ínfulas de ser superior porque llevan a firmar un objeto "impresionante" (como por ejemplo la caja de una edición especial de Metal Gear Solid 4. Guns of the Patriots), pero de color negro cuando la tinta del plumón con el que se hará la firma es de color negro (duh). Mejor aún era la bola de sandios que, mientras esperaban, no paraban de jugar con su Nintendo 3DS, lo cual habla de su habilidad para tirar el dinero, pues el dichoso portátil cuesta alrededor de 5,000 pesares... Y no hay ni un puñado de juegos decentes. Sí, ya sé que ya salió Zelda, pero es un refrito de Ocarina of time en 3D. Si consideramos que el aparatejo cuesta 5k y el precio en "canales oficiales" del juego es de $799.00, ya nos podemos ir haciendo una idea de cómo se van sumando las cosas (autoridades y pueblo) para darnos como resultado la repúbica bananera en que vivimos. Pero eso sí: el 3DS es un símbolo de status, así que no tiene precio salir a presumir tu precioso gadget y hacer que todos se mueran de envidia porque ellos no lo tienen. En mi caso, lo único que prueba es pendejez (más o menos como quienes compran productos de Apple), pero bueno... Este párrafo puede sonar fundamentalista, pero la conclusión vendrá más abajo.
Segundo, rondando la firma se encontraban un tal Renzo y un tal Akira. El primer fulano trabajó en la revista Atomix y ahora trabaja en Sony o algo así. El segundo también estuvo en Atomix. El punto es que cuando estos dos salieron a filmar la enorme fila (acompañados por un tercero que no me acuerdo cómo le dicen), todo mundo se puso como si hubiera un gallo en el gallinero. Les pedían fotos, autógrafos y demás cosas como si fueran Kojima. Háganme el favor. Entiendo que la gente en general sea insegura, apocada, infantilizada y necesite héroes y figuras paternas, pero, ¡por favor, búsquense ídolos que valgan la pena! ¿Qué chingados tienen que hacer adorando a un güey que participó en una de las revistas más pinches en la historia de la prensa de videojuegos mexicana (se pelea el título con la revista Gamers)? Digo, a la mejor que trabaje en Sony sí es un logro, pero, ¿como para adorarlo? No la chinguen. En resumidas cuentas, los fans, estadísticamente, parecen ser unos débiles mentales que tienen como ejemplo seguir a cualquier idiota que tenga un poquito de presencia en algún medio. Por eso nadie toma en serio a los gamers.
Tercero, varios de los presentes no sólo eran gente que conoció Metal Gear Solid gracias a la reedición que se le hizo para Game Cube (bastante chacala de por sí: sólo fue supervisada por el señor Kojima), sino que muchos llevaban a firmar cosas que ni al caso: ¿Smash bros. brawl? ¿En serio? ¿Para que te lo firme Kojima? ¿Nomás porque Solid Snake hace un cameo? Algunos llevaban su Twin snakes... De Player's Choice. Vamos, que había pseudofans que gustan del fenómeno más por moda que por verdadero apego a la obra. Y esos pseudofans le quitaron lugar a otros fans más chonchos (tuve oportunidad de hablar con un par de individuos que sí se merecían el autógrafo de Kojima-sama y por motivos laborales no pudieron llegar temprano). Para no hablar de algunos desgraciados que por azares del destino pasaron temprano por el lugar, se enteraron del evento y se lanzaron a comprar cualquier cosita de Metal Gear Solid en el Gayme Planet de Tepisur para tener algo que les firmaran.
Pero nada de lo anterior se compara a lo que sigue, la santa madre de los crímenes de lesa humanidad: los méndigos hijos de puta que vendían el autógrafo de Kojima-sama afuera de Tepisur.
Esto sí es el colmo. Hubo un grupúsculo de bestias infrahumanas que llegaron, se formaron a buena hora, les firmaron una postal de las que regalaban en el evento y salieron a venderla a los pobres míseros que, después de las 19.00 hrs., se quedaron sin su autógrafo.
Sí, sé que es difícil de creer, pero sucedió. Es semejante a los revendedores de boletos para conciertos y demás: tienen miles de tarjetas de Bananamex y aprovechan las preventas para comprar los mejores boletos y revenderlos el día del evento. Y también he sabido que lo han hecho con los pases Fila Cero de Telmex. Esta acción no tiene nombre. Es gente que quita lugar a personas verdaderamente interesadas en las cosas. Es gente que abarata, bastardiza aquello que representa asistir a un concierto (o firma de autógrafos, como resulta ser) y poder ver en vivo a nuestros artistas preferidos. Porque simplemente venden los pases al mejor postor, aunque muchas veces ni siquiera sea un verdadero seguidor del fenómeno. Da coraje, que de nuevo, el dinero lo pueda todo y que sea precisamente por dinero que las cosas se hacen como se hacen. Pero aquí sí tienen la culpa las dos partes: el culero que (re)vende y el pendejo que compra, por eso les digo que TODO está mal: las autoridades (organizadoras en este caso específico) y los interesados. El comerciante y el comprador. El médico y el enfermo. Todos están mal. No hay uno que haga lo correcto.
Precisamente por eso nos tratan como nos tratan. Porque nos portamos como bestias. Por eso el 3DS te lo avientan en $5k y los juegos en 800 pelucones. Por eso los organizadores de una firma de autógrafos pueden terminarla una hora antes de lo prometido y no avisarle a nadie. Por eso los juegos y consolas cuestan de 30 a 70% más de lo que cuestan en el gabacho. Por eso nos patean las bolas cada vez que nos dicen que en México no hay una industria seria del videojuego porque los sonsumidores no compran en "canales oficiales" (whatever it means). Por eso las ediciones especiales de videojuegos autorizadas para nuestro pinche país vienen incompletas.
¿Les suena raro lo de las ediciones especiales? La edición especial de God of war 3 traía el juego, una réplica de la Caja de Pandora, un libro de arte, contenido descargable, la banda sonora del juego y un CD con música metalera inspirada en el juego; a 125 USD. Pues la edición especial "autorizada para América Latina" no traía el soundtrack ni el CD y costó $1,900 en "canales oficiales".
Para Metal Gear Solid. Peace Walker hubo tres ediciones especiales y un paquete de accesorios. La Big Boss Edition trae el juego, un PSP-3000 en camuflaje militar, una bolsa especial para llevarlo, una memory stick de 4 Gb y unos códigos para desbloquear contenido a 340 USD. El Entertainment Pack trae el juego, un PSP-3000 en color verde metálico galvanizado, una memory stick de 2 Gb y códigos para desbloquear lo mismo que en la Big Boss Edition y además para bajar la película 2012 de la Play Station Network, a 260 USD. La Collector's Edition trae el juego y un libro de arte, todo en una caja especial ("de lujo" le dicen) por 70 USD. ¿Y en México? En México el Entertainment Pack y el paquete de accesorios no llegaron de manera oficial, la Collector's Edition llegó a $800 y sólo en Gayme Planet. De la Big Boss nos llegó un insulto que se debería haber llamado Big Ho's Edition: juego, PSP en camuflaje y códigos por $4,700 (salvo una semana que hubo descuento de $1,000 en toda la línea PSP, en cuyo caso quedaba en $3,700) y sólo en la tienda Gramers. Así es: ni bolsa NI MEMORY STICK. ¿Dónde carajo se supone que iba uno a guardar su avance? Quién sabe. En word pad, supongo... Faltaba que te lo vendieran sin batería para el PSP o sin el cable de corriente.
De inFAMOUS 2 no hablamos porque no trajeron edición especial oficialmente. Pero eso sí, en Gramers, si haces la preventa, te regalan la mochila que trae la edición especial.
Así pues, la firma de autógrafos de Kojima Hideo en Tepisur me demostró varias cosas: que las autoridades organizadoras son una porquería; que hay demasiados intereses dentro de cualquier cosa; que a la industria del videojuego le valen verga los gamers; que los gamers nos lo merecemos; que la estúpidez no se arredra ante subculturas o aficiones; que todo es puro puto negocio.
Yo, por mi parte, no vuelvo a presentarme, en mi vida, a otra fiesta de idolatría: puros corajes. Aunque más merezco por pendejo: ya sé que el autor no importa; sólo la obra. A ver si así aprendo. Adicionalmente, mando oficialmente a los "canales oficiales" a tomar por culo. Ni uno solo fue capaz de meter mano para organizar el asunto, para mejorar el evento, pero bien que hicieron negocio con él, además de que dan carísimo y con pésimo servicio, nunca traen las preventas a tiempo, no te respetan los precios y, a veces, ni siquiera te respetan la preventa... Y tampoco te respetan como cliente. Me declaro cliente, de ahora en más, del mercado gris: ellos no fallan, tienen mejor catálogo y dan a un precio decoroso (a menos de que sean coleccionables o clásicos; ahí sí sangras donde sea).
Total que en México no se puede hacer bien ni siquiera una pinchurrienta firma de autógrafos. Y la culpa la tienen tanto los organizadores como los fans. ¡Chingao! Difícil la tenemos...
Aliquandō rideō, iocor, ludō; home sum...
Resulta que ayer hubo una firma de autógrafos en Tepisur (allá, sobre Perriférico, por Six Flags). En realidad hubo dos firmas el mismo día y en el mismo lugar: una de Harry Potter (¡puaj!) y otra de Kojima Hideo (foto; bajada de Wikipedia, pero tomada por Nic Fillingham), creador de obras videojugables como Metal Gear Solid (no es el creador original de la franquicia, pero sí el creador de la misma en su forma actual), Snatchers y Policenauts. Este personaje es un tanto importante en mi vida, pues hizo mi videojuego favorito de toda la vida: Metal Gear Solid para Play Station, allá en 1998. Además, en su honor, bauticé como "Patriots" a los poderes invisibles que nos dominan en la actualidad (es decir, ante quienes responden los líderes mundiales). Mi teoría de los Patriots es más intrincada y no viene al caso, pero baste saber que a Kojima-sama le debo un juegazo y un cacho de mi visión del mundo.
Lo anterior explica (pero no disculpa) mi participación en un evento idolátrico como una firma de autógrafos. En realidad, como experiencia, no tuvo nada nuevo: fue como estar formado para entrar a un concierto en el Circo Volador, sólo que, en lugar de platicar sobre música con los compañeros de cola, platicamos de cosas geeks.
De cualquier manera, lo que nos importa en este momento es cómo un evento, en apariencia tan simple, puede servir para demostrar la profundidad de la estupidez, la indolencia y el contrarrepublicanismo que tienen a esta maquiladora disfrazada de país.
Pues es increíble cómo las cosas pueden estar tan mal a tantos niveles. Aunque quiero aclarar que esta denuncia no es por haberme quedado sin autógrafo, sino por la insensibilidad de los organizadores y la irreflexibilidad de los fans. No sufro por haberme quedado sin la firma de Kojima-sama, pues desde el principio tenía la idea de que era probable quedarme fuera de la jugada por la hora en que podía llegar al lugar del evento. Como trabajo por la mañana, me era imposible de todo punto llegar antes de las 15.30 a Tepisur (Perisur, para los no habituados al spoonerismo), donde se llevaría a cabo la firma. Así pues, sólo fui a intentarlo y reitero que mi queja no es un berrinche de ardido. Entiendo las reglas del juego y sabía a qué me atenía. Peeeeero el problema viene con la bola de culeros que se salen de las reglas, del civismo y del más mínimo sentido de humanidad.
Si nos vamos por orden cronológico, podemos empezar con el fraude del horario. En páginas de Internet, carteles y demás promocionales se decía que la firma de autógrafos sería desde las 17.00 a las 20.00 hrs. Finalmente, a las 19.00 hrs. Kojima ya se había retirado del lugar, lo cual implica un montonal de fans que se quedaron con las ganas de recibir su firma. Esto tiene consecuencias bastante grandes, las cuales abordaremos más abajo.
La segunda cosa es la excecrable práctica del "V.I.P." (es decir, very idiotic people). Hasta donde sé y me pude enterar a partir del fraude de Therion traído por Ekosys (alias Fuckosys) en octubre del año pasado, no es precisamente legal ofrecer "pases V.I.P." en eventos. A menos que el artista, gurú, ídolo de las multitudes, etc., así lo haya permitido o expresado con todas sus letras. Ignoro si Kojima-sama sabía sobre los pases V.I.P. que se ofrecieron para su aparición pública. El caso es que para ganarse este tipo de privilegios, uno suele contestar trivias contra reloj o cosas por el estilo. Pues en este caso, una de las formas "oficiales" (había otra más decente que implicaba fotos y cosplay) para obtener uno de estos mentados pases era llegar al lugar A LAS 08.00 hrs. Imagino que los primeros recibieron su pase y después sólo fue cosa de regresar minutos antes de la hora para pasar primero. El problema es que, por los purititos güevos de alguien, obligaron a algunos a trasladarse desde quién sabe dónde hasta Tepisur (la ubicación tampoco era muy halagüeña) para llegar a una hora en la que la plaza ni siquiera está funcionando realmente. El movimiento en el mall comienza a las 11.00 hrs. Tan temprano lo único que hay abierto son algunos bancos y un par de restaurantes (y creo que ni eso, lo más temprano que he pasado por ahí han sido las 09.00 hrs.).
Así las cosas, supongo que para entretenimiento de un par de enanos emocionales, el reto era estar a las tantas de la mañana en el lugar. Imagínense a qué hora habrá llegado la gente que, para las 08.00 hrs., según testimonios, ya había ochenta y tantas personas. Sepuestamente, si llegabas temprano, aunque no ganaras V.I.P., te daban un numerito para formarte y supongo que con eso ya te podías ir a hacer tarugo por ahí hasta la hora del evento (17.00), semejante a lo que se hace ahora en el Circo Volador, donde llegas con tu boleto el día del concierto, te dan un número y una pulsera y puedes disponer de tu mañana cómodamente hasta una hora antes de la entrada, momento en el cual debes irte a formar según el dígito correspondiente. Quiero pensar que en esta ocasión funcionó igual la mecánica, pero no he tenido confirmación y todavía resta una duda de si tuvieron gente formada durante más de nueve horas.
A continuación, venía la cuestión de la fila. Como se trata de una placita para gente de varo (es decir, hipsters, magnates, ugaldes, milfs y yuppies en su mayoría) y, además de la cosa gamer había también un evento de Harry Potter (como dijo Molotov: "mejor ya no digo / me muero del asco"), la fila frente a la tarima donde iba a estar Kojima-sama sólo albergaba a unas noventa personas más o menos (cuando llegué, escuché que, a uno de los últimos le preguntaban su número y respondía "noventa y tres") y se cortaba: el resto de la fila salía completamente del complejo comercial para acomodarse sobre la banqueta, en Perriférico. Sin embargo, las informaciones del personal de seguridad del lugar no sólo eran inciertas, sino dadas de manera muy desagradable: un débil mental de traje, con chicharito en la oreja, mirándote con condescendencia y hasta diversión por tus esfuerzos por estar con la élite. Mejor un poli del estacionamiento nos supo decir dónde estaba la fila que el esclavo de traje que nomás sabía decir "en el puente rojo", ignorante de que "en" sognifica "sobre" o "dentro", no "debajo", "cerquita" o "por ahí".
Evidentemente, la línea daba la vuelta y llegaba a la parte posterior de Tepisur. Con esto de Aileen, las condiciones de permanencia son obvias: lluvia y frío moderado la mayoría del tiempo, lo cual parece ser una bagatela comparada a los locatarios de la plaza quejándose con el dueño de Tepisur porque la interminable fila de nerds, geeks (yo incluído), dorks, cosplayers, friquis, poseurs y demás fauna, obstruían el acceso a sus tienduchas caras. "El cliente siempre tiene la razón". Pero sólo si tiene varo. Si se trata de un pobretón que busca solamente la firma de alguien que considera importante, entonces está bien dejarlo en la calle bajo la lluvia.
Pero bueno, como sea, ¿no? Todo sea por obtener la firma de Kojima-sama. Ajá... A eso de las 18.00 hrs. todavía no avanzábamos la gran cosa y a eso de las 19.00 la fila comenzó a moverse más fluidamente (estamos hablando de más de 1,500 personas, fácil). A las 19.40 la fila se movió con velocidad esperanzante y, como se había advertido que sólo se permitiría firmar un artículo por cráneo, pues todos dijimos "En 20 minutos sí llegamos." En efecto, a eso de las 19.50 ya estábamos dentro de la plaza a tiro de lanza de la tarima.
Y entonces sucedió.
Un compañero de fila se adelantó para juntar información y, ¡AH, QUÉ LA MIERDA!, ya no había nada... DESDE LAS 19.00 HRS. La fila todavía estaba ordenadamente formada, muchos todavía temblorosos por lo inminente del encuentro con Kojima, pero ya no había nadie en la tarima. ¿A quién le avisaron que mejor se fuera a su casa? Al pobre diablo que estaba formado después del último privilegiado que pudo pasar a que le firmaran su memorabilia. Imagínense la decepción, el coraje, la tristeza de este proverbial amigo; la neta no se lo deseo a nadie. Como es de esperarse, nadie se enteró de que el evento había terminado 70 minutos antes y todos seguíamos muy monos, formaditos con la idea de llegar muy pronto.
La siguiente mamada era preguntarle a los esclavos de traje si era un receso o algo para que, con su puta mueca burlona y arrogante, dijeran que no, que se había terminado desde hacía rato. Sólo quedaban en la tarima los edecanes de Konami, un sexteto de "niños bonitos" todos vestidos de blanco y con el logo de Konami en sus playeras. Estos pendejos, cuando les preguntabas qué estaba pasando, sin quitar la mirada de lo que estaban haciendo (abrir una botella de agua o un refresco de lata), te contestaban con desgano, valiéndoles reverenda verga y bromeando entre ellos, sin prestar un mínimo de respeto a quien les preguntaba, con toda la cordialidad, cómo estaba la movida.
Así, todo podría parecer una pifia por cosas de las autoridades, sin mebargo, no fue sólo así. También los fans, la gente que asistió al asunto, también hicieron despliegue de la locura, marca de estos tiempos, causa de que las cosas vayan como van.
Primero, al parecer, hay una competencia de vanidades entre las llamadas subculturas. Todo evento público se vuelve una manera de presumir que algún bípedo es el más grande fan de algo. Esto ya da de qué hablar, pues la idolización por sí sola habla de una falta de independencia intelectual de por sí. Si le sumamos la vanidad, tenemos como resultado una bola de impertinentes con ínfulas de ser superior porque llevan a firmar un objeto "impresionante" (como por ejemplo la caja de una edición especial de Metal Gear Solid 4. Guns of the Patriots), pero de color negro cuando la tinta del plumón con el que se hará la firma es de color negro (duh). Mejor aún era la bola de sandios que, mientras esperaban, no paraban de jugar con su Nintendo 3DS, lo cual habla de su habilidad para tirar el dinero, pues el dichoso portátil cuesta alrededor de 5,000 pesares... Y no hay ni un puñado de juegos decentes. Sí, ya sé que ya salió Zelda, pero es un refrito de Ocarina of time en 3D. Si consideramos que el aparatejo cuesta 5k y el precio en "canales oficiales" del juego es de $799.00, ya nos podemos ir haciendo una idea de cómo se van sumando las cosas (autoridades y pueblo) para darnos como resultado la repúbica bananera en que vivimos. Pero eso sí: el 3DS es un símbolo de status, así que no tiene precio salir a presumir tu precioso gadget y hacer que todos se mueran de envidia porque ellos no lo tienen. En mi caso, lo único que prueba es pendejez (más o menos como quienes compran productos de Apple), pero bueno... Este párrafo puede sonar fundamentalista, pero la conclusión vendrá más abajo.
Segundo, rondando la firma se encontraban un tal Renzo y un tal Akira. El primer fulano trabajó en la revista Atomix y ahora trabaja en Sony o algo así. El segundo también estuvo en Atomix. El punto es que cuando estos dos salieron a filmar la enorme fila (acompañados por un tercero que no me acuerdo cómo le dicen), todo mundo se puso como si hubiera un gallo en el gallinero. Les pedían fotos, autógrafos y demás cosas como si fueran Kojima. Háganme el favor. Entiendo que la gente en general sea insegura, apocada, infantilizada y necesite héroes y figuras paternas, pero, ¡por favor, búsquense ídolos que valgan la pena! ¿Qué chingados tienen que hacer adorando a un güey que participó en una de las revistas más pinches en la historia de la prensa de videojuegos mexicana (se pelea el título con la revista Gamers)? Digo, a la mejor que trabaje en Sony sí es un logro, pero, ¿como para adorarlo? No la chinguen. En resumidas cuentas, los fans, estadísticamente, parecen ser unos débiles mentales que tienen como ejemplo seguir a cualquier idiota que tenga un poquito de presencia en algún medio. Por eso nadie toma en serio a los gamers.
Tercero, varios de los presentes no sólo eran gente que conoció Metal Gear Solid gracias a la reedición que se le hizo para Game Cube (bastante chacala de por sí: sólo fue supervisada por el señor Kojima), sino que muchos llevaban a firmar cosas que ni al caso: ¿Smash bros. brawl? ¿En serio? ¿Para que te lo firme Kojima? ¿Nomás porque Solid Snake hace un cameo? Algunos llevaban su Twin snakes... De Player's Choice. Vamos, que había pseudofans que gustan del fenómeno más por moda que por verdadero apego a la obra. Y esos pseudofans le quitaron lugar a otros fans más chonchos (tuve oportunidad de hablar con un par de individuos que sí se merecían el autógrafo de Kojima-sama y por motivos laborales no pudieron llegar temprano). Para no hablar de algunos desgraciados que por azares del destino pasaron temprano por el lugar, se enteraron del evento y se lanzaron a comprar cualquier cosita de Metal Gear Solid en el Gayme Planet de Tepisur para tener algo que les firmaran.
Pero nada de lo anterior se compara a lo que sigue, la santa madre de los crímenes de lesa humanidad: los méndigos hijos de puta que vendían el autógrafo de Kojima-sama afuera de Tepisur.
Esto sí es el colmo. Hubo un grupúsculo de bestias infrahumanas que llegaron, se formaron a buena hora, les firmaron una postal de las que regalaban en el evento y salieron a venderla a los pobres míseros que, después de las 19.00 hrs., se quedaron sin su autógrafo.
Sí, sé que es difícil de creer, pero sucedió. Es semejante a los revendedores de boletos para conciertos y demás: tienen miles de tarjetas de Bananamex y aprovechan las preventas para comprar los mejores boletos y revenderlos el día del evento. Y también he sabido que lo han hecho con los pases Fila Cero de Telmex. Esta acción no tiene nombre. Es gente que quita lugar a personas verdaderamente interesadas en las cosas. Es gente que abarata, bastardiza aquello que representa asistir a un concierto (o firma de autógrafos, como resulta ser) y poder ver en vivo a nuestros artistas preferidos. Porque simplemente venden los pases al mejor postor, aunque muchas veces ni siquiera sea un verdadero seguidor del fenómeno. Da coraje, que de nuevo, el dinero lo pueda todo y que sea precisamente por dinero que las cosas se hacen como se hacen. Pero aquí sí tienen la culpa las dos partes: el culero que (re)vende y el pendejo que compra, por eso les digo que TODO está mal: las autoridades (organizadoras en este caso específico) y los interesados. El comerciante y el comprador. El médico y el enfermo. Todos están mal. No hay uno que haga lo correcto.
Precisamente por eso nos tratan como nos tratan. Porque nos portamos como bestias. Por eso el 3DS te lo avientan en $5k y los juegos en 800 pelucones. Por eso los organizadores de una firma de autógrafos pueden terminarla una hora antes de lo prometido y no avisarle a nadie. Por eso los juegos y consolas cuestan de 30 a 70% más de lo que cuestan en el gabacho. Por eso nos patean las bolas cada vez que nos dicen que en México no hay una industria seria del videojuego porque los sonsumidores no compran en "canales oficiales" (whatever it means). Por eso las ediciones especiales de videojuegos autorizadas para nuestro pinche país vienen incompletas.
¿Les suena raro lo de las ediciones especiales? La edición especial de God of war 3 traía el juego, una réplica de la Caja de Pandora, un libro de arte, contenido descargable, la banda sonora del juego y un CD con música metalera inspirada en el juego; a 125 USD. Pues la edición especial "autorizada para América Latina" no traía el soundtrack ni el CD y costó $1,900 en "canales oficiales".
Para Metal Gear Solid. Peace Walker hubo tres ediciones especiales y un paquete de accesorios. La Big Boss Edition trae el juego, un PSP-3000 en camuflaje militar, una bolsa especial para llevarlo, una memory stick de 4 Gb y unos códigos para desbloquear contenido a 340 USD. El Entertainment Pack trae el juego, un PSP-3000 en color verde metálico galvanizado, una memory stick de 2 Gb y códigos para desbloquear lo mismo que en la Big Boss Edition y además para bajar la película 2012 de la Play Station Network, a 260 USD. La Collector's Edition trae el juego y un libro de arte, todo en una caja especial ("de lujo" le dicen) por 70 USD. ¿Y en México? En México el Entertainment Pack y el paquete de accesorios no llegaron de manera oficial, la Collector's Edition llegó a $800 y sólo en Gayme Planet. De la Big Boss nos llegó un insulto que se debería haber llamado Big Ho's Edition: juego, PSP en camuflaje y códigos por $4,700 (salvo una semana que hubo descuento de $1,000 en toda la línea PSP, en cuyo caso quedaba en $3,700) y sólo en la tienda Gramers. Así es: ni bolsa NI MEMORY STICK. ¿Dónde carajo se supone que iba uno a guardar su avance? Quién sabe. En word pad, supongo... Faltaba que te lo vendieran sin batería para el PSP o sin el cable de corriente.
De inFAMOUS 2 no hablamos porque no trajeron edición especial oficialmente. Pero eso sí, en Gramers, si haces la preventa, te regalan la mochila que trae la edición especial.
Así pues, la firma de autógrafos de Kojima Hideo en Tepisur me demostró varias cosas: que las autoridades organizadoras son una porquería; que hay demasiados intereses dentro de cualquier cosa; que a la industria del videojuego le valen verga los gamers; que los gamers nos lo merecemos; que la estúpidez no se arredra ante subculturas o aficiones; que todo es puro puto negocio.
Yo, por mi parte, no vuelvo a presentarme, en mi vida, a otra fiesta de idolatría: puros corajes. Aunque más merezco por pendejo: ya sé que el autor no importa; sólo la obra. A ver si así aprendo. Adicionalmente, mando oficialmente a los "canales oficiales" a tomar por culo. Ni uno solo fue capaz de meter mano para organizar el asunto, para mejorar el evento, pero bien que hicieron negocio con él, además de que dan carísimo y con pésimo servicio, nunca traen las preventas a tiempo, no te respetan los precios y, a veces, ni siquiera te respetan la preventa... Y tampoco te respetan como cliente. Me declaro cliente, de ahora en más, del mercado gris: ellos no fallan, tienen mejor catálogo y dan a un precio decoroso (a menos de que sean coleccionables o clásicos; ahí sí sangras donde sea).
Total que en México no se puede hacer bien ni siquiera una pinchurrienta firma de autógrafos. Y la culpa la tienen tanto los organizadores como los fans. ¡Chingao! Difícil la tenemos...
Aliquandō rideō, iocor, ludō; home sum...