Resulta que en las clases de alemán de Forfex Sceleris, cada semestre el H.H. Herr Lehrer Edgar Núñez Balderas tiene a bien proyectar una película (alemana o en alemán, obviamente) para descanso de los alumnos y entretenimiento didáctico de quien quiera pasarle...
El semestre pasado vimos Lola rennt (foto; 1998, Tom Tykwer); joyita qve nos cuenta la historia de Lola (Franka Potente), quien tiene alrededor de 20 minutos para juntar 100,000 marcos alemanes que su novio Manni (Moritz Bleibtreu) le debe a unos mafiosos... No es que no los tenga, pero el muy baboso dejó la bolsa con la lana en el metro, asustado por unos casuales policías que iban pasando por ahí. La bolsa fue rápidamente tomada por un vagabundo que andaba de suerte aquel día. Si el dinero no es juntado y entregado a Manni antes de los 20 minvtos, éste robará un minisuper para juntar la suma que le permitirá mantener su cara sin un hoyo de bala en la frente. La trama parece simple, hasta que se tuerce bastante feo por la posibilidad de reparar algunas cosas hechas, pero siempre con el efecto mariposa detrás de uno chingando el futvro con nuestras decisiones...
Película: Das Experiment
Director: Oliver Hirschbiegel
Calificación (/10): 8.5 (Bvenísima)
Pues bien; este semestre la proyección fue Das Experiment (foto; 2001, Oliver Hirschbigel). En esta excelente producción se nos presenta la historia de Tarek Fahd (Mortiz Bleibtreu. Sí, el mismo de Lola) que se une a un experimento psiquiátrico para ganar dinero. En el experimento, a un grupo de individuos se les meterá en una prisión vigilada por cámaras las 24 horas y a otro grvpo, más reducido, se le dará el rol de carceleros y a ver qué pasa... De hecho, la película se basa en una historia verdadera sucedida con el llamado "Stanford prision experiment". Pues sí. Todo parece ir bien al principio: "guardias" y "presos" se llevan de poca madre y no hay broncas el primer día. Pero hay un giro: parece que Tarek es un espía de la prensa para ver qué tarvgadas se cometen en nombre de la ciencia. Adicionalmente, el autoproclamado líder de los "carceleros", Berus (Justus von Dohnanyi), es un sádico control freak que de inmediato considera que los presos y los carceleros no deben llevar relaciones amistosas, pues los últimos están para mantener el orden y eso es lo que los doctores -Klaus Thon (Edgar Selge) y Jutta Grimm (Andrea Sawatzki)- que dirigen el proyecto esperan que se haga. Las hostilidades no se hacen esperar y el equipo de carceleros decide aplicar un poco de presión, pero Tarek (Prisionero 77) no es alguien fácil de doblegar y se convierte en el líder del resto de los prisioneros, que se dedican a pitorrearse de las normas impuestas con un poco de timidez por los carceleros. Como por las buenas no entienden, a ver si por las peores: los carceleros deciden recuperar la autoridad del complejo y proceden a la humillación y a la fuerza bruta. El resultado es inmediato: el orden se restablece en el complejo y los carceleros tienen de vuelta la avtoridad. Ningún prisionero (salvo Tarek, pero es rápidamente diezmado, aunque no reducido) parece protestar por ello. Los científicos están muy contentos con los resultados: las reacciones predichas se han manifestado a una velocidad impresionante (en cuatro días de 15 que dura el experimento). Los carceleros se han olvidado por completo que todo es una simulación y se han tomado su papel demasiado en serio. La doctora Jutta exige la suspensión del experimento ahora que los objetivos del experimento han sido alcanzados, pero el doctor Klaus se niega: el avance logrado es demasiado abrumador como para detener el experiemnto ahora. Además, todas las reacciones están calculadas y controladas...
Sí, Chucha...
Al parecer, los carceleros no opinan igual y Berus cree que la introducción del prisionero 77 sólo es una prueba para checar qué tan buenos son "actuando" su rol. De repente, Berus se enferma de poder y cree saber todo lo que los doctores quieren lograr y decide darles una sorpresita...
Un excelente filme que nos muestra una vez más la arrogancia del (humano) Taker moderno que cree que la ciencia (que es el único poder del hombre) lo convierte en dios y que puede controlar todo...
Nada más alejado de la verdad...
Hay cosas que los humanos no pueden ni deben saber. Por algo no están creados para acceder a los misterios insondables del macro ni del microcosmos. Las consecuencias de esta arrogancia de creer que está capacitado para decidir lo que es bueno y lo que es malo y su sed de saber cosas que no le están permitidas, son simplemente desadtrosas. Ahora, la mente humana es uno de los más grandes misterios que al humano no le está permitido desvelar y la Psicología (la más arrogante de las pseudociencias), que nunca debió dejar de ser parte de la Filosofía, pretende desvelar todos esos secretos... Sin siquiera ponerse de acuerdo primero en una unificación de todas sus tesis. Esa especie de saber no puede alcanzar lo que promete porque cada cabeza es un mundo y cada cuerpo un universo. La mente humana es de lo más impredecible, los sentimientos y emociones son algo que se escapa completamente de las predicciones de las leyes científicas. Sí, es cierto que la psiquiatría ha curado muchos males neurológicos que se ha demostrado que son orgánicos, pero jamás ha logrado predecir a un hvmano, pues sus posibilidades psíquicas e intelectuales son infinitas...
Por último, algo que me parece en extremo interesante de esta película es cómo muestra la podredumbre humana producto de la represión emocional y el hastío de lo cotidiano. Paso a explicarme:
Tanto en el equipo de los carceleros como en el de los presos había un montón de guiñapos (excpeto tal vez por el prisionero 82) sin volvntad que lo único que buscaban era el dinero y, si acaso, la diversión de ser carceleros o la curiosidad de ver lo que se siente ser preso... Es por eso que, en cuanto llega un líder con mucho carisma (Tarek), o con poco carisma, pero con una presonalidad dominante y un don de convocatoria especial (Berus) todos los lelos sin volvntad los siguen hasta que la fverza los reprime. Además, está el agravante de que Berus es un sádico y un obsesivo del control, lo cual lo convierte en un verdadero tirano que no se detiene ante nada para demostrar su autoridad superior y ni siquiera el cuerpo de una mujer desnuda le parece atractivo en comparación con el poder que le brinda ser carcelero.
Ambos tipos de personas (los zombies sin voluntad que siguen al que tenga un poco de carisma y los control freaks) son producto obvio de una sociedad que reprime todo sentimiento "inferior" o "perverso" que para algunos es parte integral de su personalidad. Es por eso que la mayoría de la gente en el mundo, con un poco de poder que se le dé (desde ser prefecto de una escuela hasta ser judicial) encuentra de pronto una forma de sacar todos esos deseos reprimidos impunemente. Así, vemos a un tipo bonachón y chistosito, incapaz de romper un plato, convertirse en un energúmeno que no se detiene para saciar sus instintos ante los gritos de una indefensa fémina; y a un fulano que siempre se ha sentido menos e inferior, que es obligado a parecer un buen padre frente a una sociedad hipócrita liberadora de cuervos y perseguidora de palomas, convertirse en un monstrvo déspotico y tirano que infla su ego a tal nivel que cree ser omnisciente y poder decidir el destino de todos los presos en su pequeño reino... La analogía "dioses, Takers, reino" está muy bien llevada...
Bist du stark genug? (Eres suficientemente fuerte?)
"Ich bin ein Schatten. Komm, rötlich und sußer Tod..."